Un hombre que asesinó brutalmente a su hijo recién nacido fue declarado culpable de Reino Unido. El sujeto le aplastó la cabeza hasta causarle la muerte.
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El bebé, Brendon Staddon, había nacido prematuro con sólo 33 semanas y tenía 15 días de llegar al mundo cuando su padre, Daniel Gunter, de 27 años, lo mató en la sala de recién nacidos de un hospital en Yeovil, en el suroeste de Inglaterra.
La madre de Brendon, Sophie Staddon, de 21 años, fue absuelta.
El día de su muerte, Brendon fue encontrado con fractura de cráneo, cuello y mandíbula, piernas y muñecas rotas, además de otras lesiones, según informaron las autoridades. La causa de su muerte fue «lesión en la cabeza por impacto contundente», según la autopsia.
«Con apenas dos semanas de vida, el pequeño cuerpo de Brendon no tenía ninguna parte que no estuviera dañada», declaró el investigador principal ante el tribunal.
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La investigación del asesinato de Brendon reveló señales de alerta que el personal médico había detectado sobre Gunter.
El hombre era brusco con el bebé y a menudo lo sacaba de la incubadora, ignorando las instrucciones del personal, según se informó al tribunal. En una ocasión, Gunter fue sospechoso de retirarle la sonda nasal al pequeño.
El fatal día, las enfermeras se alarmaron después de que Staddon les dijera que Brendon necesitaba ser revisado porque estaba «morado».
«Inmediatamente vieron que no solo estaba morado, sino que había sufrido lesiones catastróficas», dijo el fiscal Charles Row KC.
Mientras el personal médico intentaba resucitar al bebé, Gunter y Staddon abandonaron la sala para fumar afuera.
Un investigador señaló que cuando la pareja fue arrestada, Gunter estaba más preocupado de que le quitaran su vaporizador.
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